miércoles, 16 de noviembre de 2011

Las asambleas (de cierto tamaño) son inoperantes.



Una asamblea es la deliberación abierta y conjunta por parte de los miembros de la comunidad. Por definición en una asamblea ciudadana no se puede impedir a nadie acceder y difícilmente se puede impedir a alguien participar. Por eso mismo las asambleas se convierten en inoperantes a partir de cierto tamaño, ya que no hay ni posibilidad física de agrupar a mucha gente en un mismo espacio, ni posibilidad temporal de escuchar la opinión de un cierto número de personas por muy breves que sean sus intervenciones.
Las asambleas de Sol fueron una bonita experiencia asamblearia, pero también la constatación práctica de que las asambleas son inoperantes. Se trataron muchos temas, pero de muy pocos de ellos se llegó a conclusión alguna, y siempre se fue post-poniendo cualquier solución a la asamblea siguiente, siendo un ejercicio permanente de debate y procastinación.
Así, sobre la decisión más importante para la acampada como era su permanencia misma, los acampados de Sol votaron durante varias semanas entre tres opciones: A) Permanecer indefinidamente acampados B) levantar el campamento C) Aplazar hasta la próxima votación la decisión. Como cualquiera se podrá imaginar, fue la opción C) la que fue salió una y otra vez como vencedora, pues era la única que, en realidad, no comprometía a nada y provocaba la indefinición y la inoperancia propia del asamblearismo.

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