miércoles, 16 de noviembre de 2011

El problema de la representación sigue irresoluto


       Los indignados de Sol se hicieron famosos gracias a su “No nos representan” dirigidos a los políticos del stablishment.
      Ahora bien, cuando intentaron ellos mismos actuar como representantes fueron incapaces de resolver el problema de la representatividad: ¿A quién representaban los #indignados de Sol? ¿Obtuvieron más cobertura mediática que apoyo social? ¿Tenían alguna legitimidad? ¿alguna legitimidad democrática?

> ¿A quién se representa?
          ¿En nombre de quién y con qué legitimidad hablaban los indignados de Sol? Es más, ¿quién hablaba en nombre de los indignados de Sol? Tras muchos “No nos representan” el problema de la representatividad se reveló como un problema complejo. Los indignados optaron por una portavocía compartida y rotativa, y lo que es más importante, una portavocía que ejercía meramente como transmisora de los acuerdos (pocos y ambiguos, recordemos) adoptados en la asamblea; lo que hacía especialmente complejo sus intervenciones en los medios y la aclaración de su mensaje mismo. Y es que el mensaje era por su misma naturaleza ambiguo y poco claro.

           >El dilema entre el mandato imperativo y el mandato representativo:
         Mandato imperativo es aquel por el que el representante de un colectivo acude ante la asamblea con la autorización de decir aquello -y solo aquello- aprobado previamente por aquellos a los que representa.
       Mandato representativo es aquel por el que el representante acude ante la asamblea con la potestad de negociar en nombre de aquellos a los que representa.
      Desde las cortes medievales, tanto en Inglaterra como en España el mandato imperativo se mostró inoperante ya que los representante debían ir de la asamblea general a los municipios o estamentos por los que habían sido elegidos sin llegar nunca, entre posta, negociación o viaje,  a acuerdo o conclusión alguna.           Es por ello que las democracias funcionan desde hace unos seis siglos por mandato representativo.
      Sin embargo esto (también esto) parecían desconocerlo los acampados en Sol, y yo mismo fui testigo de apasionadas discusiones sobre aquello que podía o no podía decir el representante de una comisión particular ante la asamblea general.

No hay comentarios:

Publicar un comentario